LAS MOTOS DEL FUTURO

Esta puede ser la pregunta que todos quisiéramos tener la respuesta ¿Cómo serán las motos del futuro?. De un modo u otro, es un tema que concierne a todo motero o incluso a aquellas personas que usen estas máquinas simplemente como un cómodo sistema de transporte en su día a día. Lo cierto es que lo que a continuación se plantea va a cambiar desde la manera de concebir el disfrute de ir en moto, hasta la forma en la que circulamos y las posibles reparaciones que necesite nuestra motocicleta.

En primer lugar, echemos la vista atrás y veamos como a principios de este siglo comienzan a crearse automóviles híbridos con dos motores: uno de combustión interna y otro eléctrico, alimentado con una batería que se recarga por medio de la energía cinética. Y no hay que olvidar que surge por primera vez la idea de conducción autónoma. Obviamente, el objetivo es reducir las emisiones contaminantes. Diez años después, ya se empiezan a utilizar baterías más económicas y eficientes, porque el motor que es eléctrico, funciona solamente a través del suministro de la batería.

Recientemente, se ha creado el automóvil a hidrógeno, siendo Japón el mayor proveedor de esta nueva tecnología. Este elemento químico se asocia exclusivamente al oxígeno del aire para generar electricidad y agua, consiguiendo reducir la contaminación ambiental. Ahora los vehículos que tienen un motor eléctrico, obtienen energía de una batería de combustible que convierte el hidrógeno en electricidad. Las emisiones son 0 %, por lo que se aprovechan las energías renovables para generar hidrógeno de forma económica.

Ahora centrémonos en la industria motera, la cual ha ido evolucionando en paralelo con la automovilística. Hoy en día ya tenemos en el segmento de las motos urbanas algunas eléctricas como el prototipo Riding Assist de Honda que se mantiene en equilibrio gracias a los sensores frontales (e incluso parada se mantiene en pie), ¿pero qué pensáis de las motos autónomas? Esto suscita la idea de que este sector se está olvidando cada vez más del aspecto pasional de disfrutar conduciéndolas. Es una realidad que la libertad que proporciona la experiencia de ir en moto se ha ido diluyendo y perdiendo, en parte por la imposición del control de la velocidad y el uso masivo de cámaras y dispositivos. Es posible que esta pérdida de libertad haya hecho que la estética y el diseño se conviertan en una parte fundamental de la experiencia motera.

Hacia 2030 nos aproximaremos al vehículo absolutamente autónomo, que básicamente, se conducirá él solo. Podrá recoger y trasladar a las personas de manera soberana y sin posibilidades de error. Se minimizarán los accidentes al eliminar el error humano, su alta tecnología permite que se comunique con otros vehículos, con la carretera, otros organismos, etc. Todos estos beneficios probablemente atraerán a usuarios que no tienen mucha experiencia o que incluso tienen miedo a conducir este tipo de vehículos. Pero, por otra parte, hay que cuestionarse cuáles serán las sensaciones del motorista experimentado en la carretera.

Actualmente, se está llevando a cabo un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza, el Centro Universitario de la Defensa, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán que proyecta cómo serán las carreteras del futuro y prevé que serán más seguras porque incorporarán nuevas funcionalidades como la capacidad de encender farolas o cargar vehículos y hablar.

En ese contexto se insertarán nuestras motos en un futuro. Y es que, además de ser eléctricas y autónomas, serán más cómodas en relación a que harán menos ruido y la mayoría prescindirán de las marchas. Por otro lado, ya no sufriremos más quemaduras con nuestro tubo de escape, no habrá carburadores, ni perfiles de inyectores que modificar… Nuestra moto eléctrica se actualizaría, en muchos casos, en casa y en muy poco tiempo. Las averías serían mucho menos habituales porque las partes mecánicas sujetas a fricción y movimiento iban a ser escasas.

Ya podéis, los que aún no lo hayáis hecho, echadle un ojo a los siguientes modelos de estas motos del futuro como son la Yamaha MotoroiD, la cual se puede mover y mantener el equilibrio y obedece a órdenes muy simples como “ven” o “detente”. Y que muy probablemente, circulará sola para ir a buscarte y llevarte a donde desees. O también tenemos la BMW Motorrad Vision Next 100, presentada en 2016 con un sistema de autobalanceo para que el motorista no caiga, además de un traje inteligente.

Seguro que muchos de vosotros y vosotras le veis muchas ventajas a estas “súper motos” del futuro, pero la realidad es que no son siempre mejores que las de combustión, son más caras, su autonomía aún es corta y sus tiempos de recarga todavía demasiado largos.

Una de las grandes novedades que se esperan serán los neumáticos de los cuales ya hemos hablado en algún post en el pasado.  De forma inteligente se adaptan al cambio de superficies y condiciones de conducción. En la industria automotriz, tales conceptos aparentemente ya están siendo desarrollados asi que también se aplicarán a los vehículos de dos ruedas. Entre las ventajas a destacar podemos especificar que con la lluvia se adhiere de forma óptima cuando la carretera está mojada.

No cabe duda que la moto futúro estaría conectada en red y equipado con todo tipo de sistemas de asistencia a la conducción con cosas que  hoy día no podemos ni imaginar. El llamado Self Equilibrio",  por ejemplo en desarrollo equilibra la moto para que en definitiva caer sea casi improbable.  Es fácil suponer que poco a poco el conductor tendrá que intervenir menos en la conducción, no obstante se piensa que simplemente se podrá concentrar plenamente en la experiencia de conducción y disfrutar del viaje dejando otras funciones menos importantes e intervenir sólo cuando sea necesario.

El  jefe de diseño BMW, se atreve a aventurarse con el audaz diseño que te presentamos en la siguiente imagen, la BMW Motorrad Vision Next 100, que nos recuerda ciertamente a la moto de la película de Dinsey Tron Legacy. Esta moto esta creada con materiales flexibles dando a entender que en el futuro el vehículo es una parte más de nosotros.

Hay una pregunta que los ingenieros se hacen cuando preparan un proyecto como este, separando la estética y el diseño hay otras cuestiones que en la actualidad no se puede saber pero se entiende que de aqui ha 30 años estaran más que desarrolladas. Un ejemplo claro de esto sería el hecho de realizar en la moto un deposito de combustible cuando se interpreta que llegado el momento los combustibles fósiles ya no se usarán y esto es algo a tener en cuenta  a la hora de diseñar.

Retomando esta BMW podemos apreciar el motor brillante de aluminio, que se adaptan dinámicamente a la conducción para ser más aerodinámico y así proporcionar menos resistencia al aire...

Sin embargo, el desarrollo tecnológico avanza a pasos de gigante y dentro de unos años estas motos serán imbatibles, hecho que ya saben muchos fabricantes como Harley-Davidson, Triumph, Ducati y algunas marcas japonesas.

Share this post

LAS MOTOS DEL FUTURO

LAS MOTOS DEL FUTURO

Esta puede ser la pregunta que todos quisiéramos tener la respuesta ¿Cómo serán las motos del futuro?. De un modo u otro, es un tema que concierne a todo motero o incluso a aquellas personas que usen estas máquinas simplemente como un cómodo sistema de transporte en su día a día. Lo cierto es que lo que a continuación se plantea va a cambiar desde la manera de concebir el disfrute de ir en moto, hasta la forma en la que circulamos y las posibles reparaciones que necesite nuestra motocicleta.

En primer lugar, echemos la vista atrás y veamos como a principios de este siglo comienzan a crearse automóviles híbridos con dos motores: uno de combustión interna y otro eléctrico, alimentado con una batería que se recarga por medio de la energía cinética. Y no hay que olvidar que surge por primera vez la idea de conducción autónoma. Obviamente, el objetivo es reducir las emisiones contaminantes. Diez años después, ya se empiezan a utilizar baterías más económicas y eficientes, porque el motor que es eléctrico, funciona solamente a través del suministro de la batería.

Recientemente, se ha creado el automóvil a hidrógeno, siendo Japón el mayor proveedor de esta nueva tecnología. Este elemento químico se asocia exclusivamente al oxígeno del aire para generar electricidad y agua, consiguiendo reducir la contaminación ambiental. Ahora los vehículos que tienen un motor eléctrico, obtienen energía de una batería de combustible que convierte el hidrógeno en electricidad. Las emisiones son 0 %, por lo que se aprovechan las energías renovables para generar hidrógeno de forma económica.

Ahora centrémonos en la industria motera, la cual ha ido evolucionando en paralelo con la automovilística. Hoy en día ya tenemos en el segmento de las motos urbanas algunas eléctricas como el prototipo Riding Assist de Honda que se mantiene en equilibrio gracias a los sensores frontales (e incluso parada se mantiene en pie), ¿pero qué pensáis de las motos autónomas? Esto suscita la idea de que este sector se está olvidando cada vez más del aspecto pasional de disfrutar conduciéndolas. Es una realidad que la libertad que proporciona la experiencia de ir en moto se ha ido diluyendo y perdiendo, en parte por la imposición del control de la velocidad y el uso masivo de cámaras y dispositivos. Es posible que esta pérdida de libertad haya hecho que la estética y el diseño se conviertan en una parte fundamental de la experiencia motera.

Hacia 2030 nos aproximaremos al vehículo absolutamente autónomo, que básicamente, se conducirá él solo. Podrá recoger y trasladar a las personas de manera soberana y sin posibilidades de error. Se minimizarán los accidentes al eliminar el error humano, su alta tecnología permite que se comunique con otros vehículos, con la carretera, otros organismos, etc. Todos estos beneficios probablemente atraerán a usuarios que no tienen mucha experiencia o que incluso tienen miedo a conducir este tipo de vehículos. Pero, por otra parte, hay que cuestionarse cuáles serán las sensaciones del motorista experimentado en la carretera.

Actualmente, se está llevando a cabo un estudio realizado por la Universidad de Zaragoza, el Centro Universitario de la Defensa, la Universidad Politécnica de Valencia y la Universidad Nacional Tsing Hua de Taiwán que proyecta cómo serán las carreteras del futuro y prevé que serán más seguras porque incorporarán nuevas funcionalidades como la capacidad de encender farolas o cargar vehículos y hablar.

En ese contexto se insertarán nuestras motos en un futuro. Y es que, además de ser eléctricas y autónomas, serán más cómodas en relación a que harán menos ruido y la mayoría prescindirán de las marchas. Por otro lado, ya no sufriremos más quemaduras con nuestro tubo de escape, no habrá carburadores, ni perfiles de inyectores que modificar… Nuestra moto eléctrica se actualizaría, en muchos casos, en casa y en muy poco tiempo. Las averías serían mucho menos habituales porque las partes mecánicas sujetas a fricción y movimiento iban a ser escasas.

Ya podéis, los que aún no lo hayáis hecho, echadle un ojo a los siguientes modelos de estas motos del futuro como son la Yamaha MotoroiD, la cual se puede mover y mantener el equilibrio y obedece a órdenes muy simples como “ven” o “detente”. Y que muy probablemente, circulará sola para ir a buscarte y llevarte a donde desees. O también tenemos la BMW Motorrad Vision Next 100, presentada en 2016 con un sistema de autobalanceo para que el motorista no caiga, además de un traje inteligente.

Seguro que muchos de vosotros y vosotras le veis muchas ventajas a estas “súper motos” del futuro, pero la realidad es que no son siempre mejores que las de combustión, son más caras, su autonomía aún es corta y sus tiempos de recarga todavía demasiado largos.

Una de las grandes novedades que se esperan serán los neumáticos de los cuales ya hemos hablado en algún post en el pasado.  De forma inteligente se adaptan al cambio de superficies y condiciones de conducción. En la industria automotriz, tales conceptos aparentemente ya están siendo desarrollados asi que también se aplicarán a los vehículos de dos ruedas. Entre las ventajas a destacar podemos especificar que con la lluvia se adhiere de forma óptima cuando la carretera está mojada.

No cabe duda que la moto futúro estaría conectada en red y equipado con todo tipo de sistemas de asistencia a la conducción con cosas que  hoy día no podemos ni imaginar. El llamado Self Equilibrio",  por ejemplo en desarrollo equilibra la moto para que en definitiva caer sea casi improbable.  Es fácil suponer que poco a poco el conductor tendrá que intervenir menos en la conducción, no obstante se piensa que simplemente se podrá concentrar plenamente en la experiencia de conducción y disfrutar del viaje dejando otras funciones menos importantes e intervenir sólo cuando sea necesario.

El  jefe de diseño BMW, se atreve a aventurarse con el audaz diseño que te presentamos en la siguiente imagen, la BMW Motorrad Vision Next 100, que nos recuerda ciertamente a la moto de la película de Dinsey Tron Legacy. Esta moto esta creada con materiales flexibles dando a entender que en el futuro el vehículo es una parte más de nosotros.

Hay una pregunta que los ingenieros se hacen cuando preparan un proyecto como este, separando la estética y el diseño hay otras cuestiones que en la actualidad no se puede saber pero se entiende que de aqui ha 30 años estaran más que desarrolladas. Un ejemplo claro de esto sería el hecho de realizar en la moto un deposito de combustible cuando se interpreta que llegado el momento los combustibles fósiles ya no se usarán y esto es algo a tener en cuenta  a la hora de diseñar.

Retomando esta BMW podemos apreciar el motor brillante de aluminio, que se adaptan dinámicamente a la conducción para ser más aerodinámico y así proporcionar menos resistencia al aire...

Sin embargo, el desarrollo tecnológico avanza a pasos de gigante y dentro de unos años estas motos serán imbatibles, hecho que ya saben muchos fabricantes como Harley-Davidson, Triumph, Ducati y algunas marcas japonesas.

Share this post