LAS 10 MEJORES MOTOS DE LA HISTORIA

En los más de 100 años de historia del motociclismo, son muchas las motocicletas que han asombrado al público, haciéndoles soñar con las alas de la libertad. Algunas de estas motos aportaron novedosas ideas que más tarde fueron asumidas por otros; otras marcaron un antes y un después en el estilo de vida de mucha gente alrededor del mundo, convirtiéndose en auténticos símbolos.

Elaborar la lista de las 10 de las motos más importantes de la historia es, cuanto menos, una labor arriesgada, de ahí que hayamos incluido alguna más, teniendo en cuenta que puede haber un componente de subjetividad. ¿Los criterios elegidos? Su rendimiento, su prestigio, su influencia. Por supuesto, estamos abiertos a vuestras aportaciones a través de los comentarios. Esperamos que nuestro Top 11 sea de vuestro agrado.

BSA Gold Star (1938):

Producida por Birmingham Small Arms Company Limited, fue bautizada así en honor al corredor británico Wal Handley por su hazaña en el circuito Brooklands de 2.75 millas en 1937, donde corrió a más de 100 millas por hora. Montaba un modelo BSA Empire Star, pero tras ganar el pin Gold Star, el fabricante trabajó en una versión renovada, con un motor de aleación de 496 cc, una caja de cambios Electrón y una velocidad de 177 km/h. En los 50, triunfó el modelo Gol Star DBD34, con su tanque de combustible cromado y un motor de 500, ganando gran popularidad en Europa y EEUU.

BMW R69 (1955):

La BMW R69 está en la cúspide de los modelos deportivos de la firma alemana durante la postguerra, después de que se liberalizase la producción del sector tras el dominio aliado. Potente y de gran capacidad, había heredado la suspensión telescópica, de sus predecesoras, pero se diferenciaba de ellas en la adopción de un chasis novedoso, con una suspensión trasera de rueda oscilante, con un basculante y una pareja de amortiguadores hidráulicos, que hacía funcionar a ambas ruedas del mismo modo. Los 35 CV que ofrecía este modelo deportivo, junto con la velocidad de 165 km/h, y su confortabilidad convirtieron a la R69 y a su hermana mejorada, la R69S, en todo un éxito de ventas a pesar de los precios populares de los coches en los 60. 

Ducati 750 Super Sport (1975):

Después de que Paul Smart marcase el hito de ganar la carrera de Ímola 200 en 1972, manejando una Super Sport, con aquel nuevo bicilíndrico en L, el legendario Fabio Taglioni no pararía hasta diseñar la Ducati Super Sport 750, mucho más ligera, más estable e incluso más deportiva. Ahora sí, podría hacerle frente a la dura competencia de los japoneses. Hoy, esta máquina deportiva es uno de los buques insignia de la laureada compañía italiana.

Harley Davidson Sportster (1957):

Pura inspiración desde su creación a finales de los 50. Aunque con el tiempo ha vivido innumerables variaciones, siempre ha sido catalogada con su propio nombre. Se trata del diseño más ágil y ligero de la firma americana, potenciado por verdaderos motores V-twin de 45 grados, donde ambos cilindros comparten el mismo eje. De perfil musculoso y un sonido incomparable que alegra el alma, es “la gran máquina americana de la libertad”, como reza su eslogan en la actualidad.  

Honda CB750 (1969): 

Una de las motocicletas más influyentes de todos los tiempos, la moto japonesa más universal. No fue el motor, que ya había sido utilizado con antelación, sino su envoltura, lo que la hizo destacar. Rápida a la vez que elegante y sofisticada, esta máquina marcó un antes y un después en el motociclismo. Con un motor de 4 cilindros transversal y 4 carburadores, dejaba ver los avances tecnológicos a un precio asequible. Una ganga del momento. Su producción en masa, significó, además, el salto cualitativo de la industria de la moto en Japón, colocándola en la cúspide de la ingeniería y el diseño mundial.

Laverda 750 SFC (1971)            

Si algo le dio la fama mundial a Laverda fueron precisamente sus primeras SFC, unas bicilíndricas de 750, con un llamativo color naranja. La firma comenzó como fabricante de maquinaria agrícola pero tras la II Guerra Mundial, viró hacia la fábrica de vehículos de pequeña cilindrada. Poco a poco, el tamaño de sus motos fue creciendo hasta que en 1966 presentó su primer gran modelo. La versión SFC (Super Freno Competizione) se convirtió en la más famosa de las bicilíndricas, una serie limitada de motos numeradas, con cambios que reforzaban el chasis y mejoraban el rendimiento. Pronto triunfaron en carreras de resistencia como Oss y Montjuic, tanto que empezaron a ser imitadas.

Moto Guzzi Le Mans 850 (1976)

Después de años centrados en ciclomotores populares, el crecimiento de la firma viene de la mano del desarrollo motor de 500 cc en V, encargado al ingeniero Giulio Cesare Carcano en los 60. El motor, el de mayor complejidad de la época, se convirtió en el icono más representativo de la compañía. Pero es en 1976 cuando lanza el modelo Le Mans 850, en homenaje a la carrera de 24 horas francesa. Se trata de una obra maestra de gran potencia y estilo propio, un emblema para la compañía italiana, que al principio le permitió incluso competir con motores de mayor cilindrada y que significó un rotundo éxito comercial.

Suzuki GSX100S Katana (1980):

Esta máquina de la firma japonesa pero con diseño alemán supuso una ruptura con la tradición. Significó un cambio en los cánones de diseño gracias a su novedosa estética vanguardista, de gran impacto y presencia. Tomó su nombre de la mundialmente conocida espada samurai, que destaca por su línea curva y su precisión. Se trata de la moto deportiva por excelencia, con un motor de 4 cilindros transversales DOHC de 1974 cc con aire acondicionado y cuya velocidad máxima ronda los 219 km/h.

Kawasaki Z1 (1972)

A pesar de tener un bastidor bastante común, es una de las motos clásicas que han marcado época. Su nombre habla por sí solo. Se eligió la última letra del abecedario haciendo ver que nada podría superarla. Supuso la más poderosa moto del mercado, con 82 CV y un motos de cuatro cilindros y cuatro tiempos, en el momento de su lanzamiento. Ganó casi todos los premios de motociclismo, merced a su impresionante capacidad de aceleración.Tuvo un éxito total en Europa y EEUU, y sirvió como base para toda una generación de modelos primeros de Kawasaki, y después de Yamaha y Suzuki, que, sabedores de que el futuro pasaba por ahí, se subieron al carro de los cuatro cilindros en línea refrigerados por aire y con distribución DOHC. 

Triumph T120 Bonneville (1959):

Las motos Triumph simbolizan la pasión por las motos de toda una generación. Marlon Brando montó una Triumph en Salvaje y Steve McQueen hizo lo propio en La Gran Evasión. El clásico modelo Bonneville, con el doble carburador del Tiger T110, lleva el nombre de las famosas salinas de Boneville en Utah (EEUU), donde la firma británica estableció numerosos récords de velocidad en tierra. Esta genuina máquina británica es un símbolo indiscutible de la motocicleta en todo el  mundo, la esencia de lo que debe ser una motocicleta.

Yamaha RD400F Daytona Special (1979):

Con ella, la marca quería conmemorar sus grandes éxitos en las carreras, por encima de gigantes de las dos ruedas de los 70, pero la Daytona Special terminó siendo el último capítulo en la historia de las motocicletas deportivas de dos tiempos. La RD400F mejoraba la RD350 hasta el punto que la prueba en carrera concluyó que se trataba de la “motocicleta perfecta”. La Daytona Special, mucho más deportiva, suave y ágil, fue tan popular como su predecesora, pero finalmente se convirtió en la última moto de carreras (Race Developed) refrigerada por aire.

Share this post

LAS 10 MEJORES MOTOS DE LA HISTORIA

LAS 10 MEJORES MOTOS DE LA HISTORIA

En los más de 100 años de historia del motociclismo, son muchas las motocicletas que han asombrado al público, haciéndoles soñar con las alas de la libertad. Algunas de estas motos aportaron novedosas ideas que más tarde fueron asumidas por otros; otras marcaron un antes y un después en el estilo de vida de mucha gente alrededor del mundo, convirtiéndose en auténticos símbolos.

Elaborar la lista de las 10 de las motos más importantes de la historia es, cuanto menos, una labor arriesgada, de ahí que hayamos incluido alguna más, teniendo en cuenta que puede haber un componente de subjetividad. ¿Los criterios elegidos? Su rendimiento, su prestigio, su influencia. Por supuesto, estamos abiertos a vuestras aportaciones a través de los comentarios. Esperamos que nuestro Top 11 sea de vuestro agrado.

BSA Gold Star (1938):

Producida por Birmingham Small Arms Company Limited, fue bautizada así en honor al corredor británico Wal Handley por su hazaña en el circuito Brooklands de 2.75 millas en 1937, donde corrió a más de 100 millas por hora. Montaba un modelo BSA Empire Star, pero tras ganar el pin Gold Star, el fabricante trabajó en una versión renovada, con un motor de aleación de 496 cc, una caja de cambios Electrón y una velocidad de 177 km/h. En los 50, triunfó el modelo Gol Star DBD34, con su tanque de combustible cromado y un motor de 500, ganando gran popularidad en Europa y EEUU.

BMW R69 (1955):

La BMW R69 está en la cúspide de los modelos deportivos de la firma alemana durante la postguerra, después de que se liberalizase la producción del sector tras el dominio aliado. Potente y de gran capacidad, había heredado la suspensión telescópica, de sus predecesoras, pero se diferenciaba de ellas en la adopción de un chasis novedoso, con una suspensión trasera de rueda oscilante, con un basculante y una pareja de amortiguadores hidráulicos, que hacía funcionar a ambas ruedas del mismo modo. Los 35 CV que ofrecía este modelo deportivo, junto con la velocidad de 165 km/h, y su confortabilidad convirtieron a la R69 y a su hermana mejorada, la R69S, en todo un éxito de ventas a pesar de los precios populares de los coches en los 60. 

Ducati 750 Super Sport (1975):

Después de que Paul Smart marcase el hito de ganar la carrera de Ímola 200 en 1972, manejando una Super Sport, con aquel nuevo bicilíndrico en L, el legendario Fabio Taglioni no pararía hasta diseñar la Ducati Super Sport 750, mucho más ligera, más estable e incluso más deportiva. Ahora sí, podría hacerle frente a la dura competencia de los japoneses. Hoy, esta máquina deportiva es uno de los buques insignia de la laureada compañía italiana.

Harley Davidson Sportster (1957):

Pura inspiración desde su creación a finales de los 50. Aunque con el tiempo ha vivido innumerables variaciones, siempre ha sido catalogada con su propio nombre. Se trata del diseño más ágil y ligero de la firma americana, potenciado por verdaderos motores V-twin de 45 grados, donde ambos cilindros comparten el mismo eje. De perfil musculoso y un sonido incomparable que alegra el alma, es “la gran máquina americana de la libertad”, como reza su eslogan en la actualidad.  

Honda CB750 (1969): 

Una de las motocicletas más influyentes de todos los tiempos, la moto japonesa más universal. No fue el motor, que ya había sido utilizado con antelación, sino su envoltura, lo que la hizo destacar. Rápida a la vez que elegante y sofisticada, esta máquina marcó un antes y un después en el motociclismo. Con un motor de 4 cilindros transversal y 4 carburadores, dejaba ver los avances tecnológicos a un precio asequible. Una ganga del momento. Su producción en masa, significó, además, el salto cualitativo de la industria de la moto en Japón, colocándola en la cúspide de la ingeniería y el diseño mundial.

Laverda 750 SFC (1971)            

Si algo le dio la fama mundial a Laverda fueron precisamente sus primeras SFC, unas bicilíndricas de 750, con un llamativo color naranja. La firma comenzó como fabricante de maquinaria agrícola pero tras la II Guerra Mundial, viró hacia la fábrica de vehículos de pequeña cilindrada. Poco a poco, el tamaño de sus motos fue creciendo hasta que en 1966 presentó su primer gran modelo. La versión SFC (Super Freno Competizione) se convirtió en la más famosa de las bicilíndricas, una serie limitada de motos numeradas, con cambios que reforzaban el chasis y mejoraban el rendimiento. Pronto triunfaron en carreras de resistencia como Oss y Montjuic, tanto que empezaron a ser imitadas.

Moto Guzzi Le Mans 850 (1976)

Después de años centrados en ciclomotores populares, el crecimiento de la firma viene de la mano del desarrollo motor de 500 cc en V, encargado al ingeniero Giulio Cesare Carcano en los 60. El motor, el de mayor complejidad de la época, se convirtió en el icono más representativo de la compañía. Pero es en 1976 cuando lanza el modelo Le Mans 850, en homenaje a la carrera de 24 horas francesa. Se trata de una obra maestra de gran potencia y estilo propio, un emblema para la compañía italiana, que al principio le permitió incluso competir con motores de mayor cilindrada y que significó un rotundo éxito comercial.

Suzuki GSX100S Katana (1980):

Esta máquina de la firma japonesa pero con diseño alemán supuso una ruptura con la tradición. Significó un cambio en los cánones de diseño gracias a su novedosa estética vanguardista, de gran impacto y presencia. Tomó su nombre de la mundialmente conocida espada samurai, que destaca por su línea curva y su precisión. Se trata de la moto deportiva por excelencia, con un motor de 4 cilindros transversales DOHC de 1974 cc con aire acondicionado y cuya velocidad máxima ronda los 219 km/h.

Kawasaki Z1 (1972)

A pesar de tener un bastidor bastante común, es una de las motos clásicas que han marcado época. Su nombre habla por sí solo. Se eligió la última letra del abecedario haciendo ver que nada podría superarla. Supuso la más poderosa moto del mercado, con 82 CV y un motos de cuatro cilindros y cuatro tiempos, en el momento de su lanzamiento. Ganó casi todos los premios de motociclismo, merced a su impresionante capacidad de aceleración.Tuvo un éxito total en Europa y EEUU, y sirvió como base para toda una generación de modelos primeros de Kawasaki, y después de Yamaha y Suzuki, que, sabedores de que el futuro pasaba por ahí, se subieron al carro de los cuatro cilindros en línea refrigerados por aire y con distribución DOHC. 

Triumph T120 Bonneville (1959):

Las motos Triumph simbolizan la pasión por las motos de toda una generación. Marlon Brando montó una Triumph en Salvaje y Steve McQueen hizo lo propio en La Gran Evasión. El clásico modelo Bonneville, con el doble carburador del Tiger T110, lleva el nombre de las famosas salinas de Boneville en Utah (EEUU), donde la firma británica estableció numerosos récords de velocidad en tierra. Esta genuina máquina británica es un símbolo indiscutible de la motocicleta en todo el  mundo, la esencia de lo que debe ser una motocicleta.

Yamaha RD400F Daytona Special (1979):

Con ella, la marca quería conmemorar sus grandes éxitos en las carreras, por encima de gigantes de las dos ruedas de los 70, pero la Daytona Special terminó siendo el último capítulo en la historia de las motocicletas deportivas de dos tiempos. La RD400F mejoraba la RD350 hasta el punto que la prueba en carrera concluyó que se trataba de la “motocicleta perfecta”. La Daytona Special, mucho más deportiva, suave y ágil, fue tan popular como su predecesora, pero finalmente se convirtió en la última moto de carreras (Race Developed) refrigerada por aire.

Share this post